Tratamiento del cáncer de pulmón

14/11/2020

Tratamiento del cáncer de pulmón

El tratamiento del cáncer de pulmón dependerá del estado general del paciente, del tipo de tumor y de su grado de progresión. La decisión la toman conjuntamente el médico y el paciente, entre las opciones que la experiencia clínica haya demostrado que son más eficaces. El tratamiento puede ser diferente entre una persona y otra, aunque sus síntomas se parezcan.

Para tomar la decisión es importante estar informado y, por tanto, hacer las preguntas necesarias a los profesionales sanitarios. Aunque parezca que son preguntas absurdas, o que el médico no tendrá tiempo para responderlas, tenemos derecho a informarnos.

Las opciones terapéuticas varían en función de la extensión de la enfermedad, pero el tratamiento suele ser multidisciplinar. Esto quiere decir que participan profesionales de diversas disciplinas: neumología, oncología médica, oncología radioterápica, enfermería, psicología, trabajo social, etc. Estas son las opciones terapéuticas más habituales:

  • Tratamiento del cáncer de pulmón de células no pequeñas:
    • Estadios I y II (tumor pequeño y localizado en el pulmón): El tratamiento de elección es la cirugía (extirpación del tumor en el quirófano). Se puede hacer una tumorectomía (extirpar sólo el tumor y el area circundante, para asegurarse de eliminar les células tumorales que no se ven a simple vista), una lobectomía (extirpar un lóbulo, que es una de las partes en que se divide el pulmón) o una pneumonectomía (extirpar un pulmón entero). También se extirpan los ganglios de alrededor para comprobar si ha habido extensión de la enfermedad. La intervención se hace con anestesia general y un ingreso hospitalario que puede durar una o dos semanas. A menudo se añade quimioterapia o radioterapia, pero no siempre es necesario.
    • Estadio III (tumor diseminado a nivel local): La cirugía y la radioterapia no son suficientes para eliminar el cáncer. Se hace quimioterapia neoadyuvante (antes de la cirugía) para reducir el tamaño de los tumores y hacerlos más operables. Con todo hay riesgo de que la enfermedad vuelva a aparecer, en el pulmón o en algun otro órgano. También se suele hacer radioterapia, conjuntamente con la quimioterapia o en momentos distintos. Si el estadio es III-B el cirujano puede optar por no operar, porque la intervención no produciría un beneficio sustancial.
    • Estadio IV (cáncer avanzado y con metástasis a distancia): En este caso no se hace ni cirugía ni radioterapia por el tumor. Se pueden operar las metástasis localizadas en el cerebro o en los huesos, pero no es un tratamiento habitual. Sí es más habitual eliminarlas con radioterapia. El tratamiento de elección es la quimioterapia, que hace aumentar la supervivencia y mejora la calidad de vida. Habitualmente se utilizan el cisplatino y el pemetrexed.
  • Tratamiento del cáncer de pulmón de células pequeñas: Éste tipo de cáncer tiene mal pronóstico porque se disemina muy rápidamente. Por lo tanto, cuando se detecta, la cirugía ya no es eficaz (sólo lo es para eliminar metástasis muy localizadas). Se suele aplicar quimioterapia durante un intervalo de 3 a 6 meses y combinada -o no- con radioterapia. De todos modos la enfermedad reaparecerá con mucha probabilidad aunque el tratamiento haya sido eficaz. También se puede llevar a cabo la llamada radiación profiláctica cerebral (radioterapia preventiva dirigida al cráneo) ya que se ha demostrado que retrasa la aparición de metástasis al cerebro.

La radioterapia es un tratamiento local, dirigido al tumor desde fuera del cuerpo con una máquina de radiación. Por lo tanto se utiliza con finalidad curativa cuando el tumor está muy localizado, o con intención paliativa (controlar el dolor) si la enfermedad se ha diseminado. La radiación causa daños a las células tumorales, de forma que las destruye e impide su reproducción. Pero inevitablemente los tejidos de alrededor se pueden ver afectados. La radioterapia comienza con unas sesiones de preparación, en las que se marca la piel con un rotulador para saber exactamente donde se ha de irradiar.

Las sesiones de radioterapia pueden ser numerosas y hacerse varios días durante algunas semanas. Pero la radiación suele durar sólo unos segundos o un minuto, durante el cual el paciente no nota ningún tipo de dolor ni molestia (salvo por la postura, que puede ser incómoda). Entre sus efectos secundarios se encuentran las quemaduras locales en la piel, la fatiga y las náuseas. También puede producirse dolor de garganta o dolor a la hora de tragar la comida (disfagia).

El especialista en este tratamiento es el oncólogo radioterapeuta. Él/ella es quien puede aconsejar sobre cómo reducir estos y otros efectos secundarios. Por ejemplo, se suele recomendar evitar totalmente la exposición al sol y utilizar cremas hidratantes. Cerca del 15% de los pacientes presentan neumonitis por radiación: una irritación o inflamación del pulmón provocada por la radioterapia, que produce síntomas como tos, fiebre y dificultad respiratoria, que se pueden alargar unos meses o unos años.

La quimioterapia es un tratamiento sistémico. Se distribuye por todo el cuerpo, afectando a la reproducción de las células tumorales, aunque también afecta a las sanas -dando lugar a los efectos secundarios-. Los medicamentos que se utilizan en el cáncer de pulmón de células no pequeñas son el cisplatino y la vinorelbina. Para pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas, además de los mencionados, se pueden añadir el irinotecan, el topotecan, el paclitaxel o la ciclofosfamida, entre otros.

Habitualmente la quimioterapia se administra por vía intravenosa y se hace cada 3 o 4 semanas. Poco después de cada sesión es cuando pueden aparecer los efectos secundarios, aunque no lo hacen siempre. Estos síntomas incluyen caída del cabello, vómitos, diarrea, llagas en la boca o fatiga. El oncólogo puede recetar algunos medicamentos que ayudarán a disminuir la intensidad de estas reacciones adversas. El tratamiento de los efectos secundarios es cada vez más eficaz.

Antes de una nueva sesión de quimioterapia se hace un análisis de sangre. Esto es porque si hubiera algún déficit, por ejemplo de glóbulos blancos o de plaquetas, hay que recuperar los niveles normales antes de volver a recibir la quimioterapia. En este caso la dosis que toca se puede posponer unos días.

En algunos pacientes en estadio IV de cáncer de pulmón de células no pequeñas se pueden aplicar terapias biológicas. Estas son muy personalizadas y se dirigen a lo que se llama «dianas terapéuticas«: puntos muy concretos de la célula tumoral donde pueden actuar con una eficacia especialmente alta. Se utilizan medicamentos como el bevacizumab o el cetuximab.

ONCÓLOGA CLÍNICADra. Tannia Soria
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