La obesidad no solo incrementa el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, como el de mama, colon y páncreas, sino que también puede complicar el tratamiento y reducir la eficacia de las terapias.
El exceso de peso contribuye a la inflamación crónica y a niveles elevados de insulina y hormonas sexuales, creando un entorno propicio para el crecimiento de células cancerosas. Además, la obesidad puede dificultar las cirugías y afectar la dosificación adecuada de medicamentos.
Tomar medidas para reducir el peso, a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular, no solo mejora la salud general sino que también es una estrategia clave para disminuir el riesgo de cáncer y mejorar los resultados del tratamiento.
Cuidar de tu peso es una inversión en tu salud y en tu futuro. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!